Por: Francis Cuevas

El 10 de septiembre de 1997 el entonces presidente de la República, Leonel  Fernández, emitió el decreto que creaba la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET). La institución surgió con la finalidad de sanear la problemática de carácter social y económico, en la que se ha convertido el transporte en la República Dominicana.

Y para que un proyecto de esa naturaleza tuviera éxito, cualquier cosa podía faltar menos la voluntad del Presidente Leonel Fernández.

Los obstáculos que de seguro surgirían, al tratar de disciplinar un sector tan corrompido como el del transporte eran colosales. Sería esa la primera y única vez que se iniciaría un intento de organizar el transporte sobre la base de estudios y mediciones científicas.

La corrupción y el desorden tuvieron que tomar una pausa forzada ante la creación de AMET

Es bueno recordar que La Autoridad Metropolitana de Transporte AMET, fue creada para organizar y garantizar el sistema de transporte OMSA en la ciudad capital, de ahí la palabra “metropolitana»  de manera que los conductores y ciudadanos se sentían tan identificados con los agentes de Amet, que solicitaban al presidente para que también se le asignen agentes a cada pueblo para regular el tránsito.

Yo como abogado decía que una entidad que fue creada para la metrópoli no podía operar ni fiscalizar en los pueblos o provincias del país.

Con la llegada de la AMET a diferentes provincias surge el respeto al tránsito y el buen comportamiento entre ciudadanos y agentes. Pero al pasar de los años dicha institución se ha ido convirtiendo en una recolectora de impuestos a través de multas de tránsito.

Situación que empezó a generar conflictos, cuestionamientos  sociales y generando enfrentamientos con los conductores de la República Dominicana.

Cuando un AMET llegaba a un lugar era recibido con amor y respeto,  situación que fue desvaneciendo por el irrespeto recíproco entre agentes y ciudadanos.

Para año 2017 surge una transformación cambiando el nombre de AMET por DIGESETT Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre, como forma de cambio de imagen de la institución.