«La Vanidad, un espejo roto”
Por: Rubén Geraldo Bautista
Estamos siendo testigos de un fenómeno que está afectando a muchas personas en la República Dominicana y otros países del mundo, y es la vanidad.
Vivimos en una sociedad donde la imagen y la apariencia ocupan un lugar prominente, con consecuencias negativas. A menudo, nos esforzamos por aparentar ser lo que no somos para poder encajar en grupos sociales a los que no pertenecemos.
La obsesión por la imagen personal a obtenido un gran crecimiento, el cual es preocupante, siendo las redes sociales uno de los principales estimulantes, incitando los jóvenes a cometer delitos para satisfacer caprichos y mostrar un falso sentido de «empoderamiento». Otro ejemplo es el de las mujeres que inician relaciones sentimentales con hombres mayores simplemente para obtener beneficios materiales y aparentar «progreso», muchos casos de estos terminan en tragedias.
La influencia de la vanidad no se limita a las clases sociales más bajas, también ha penetrado en las altas esferas. Hemos sido testigos a través de la prensa de personas que invierten grandes sumas de dinero en cirugías estéticas con el objetivo de ser cambiar algunos estereotipos para pertenecer a determinados grupos.
La obsesión por marcas de ropa, calzados, celulares y otros símbolos de estatus se está convirtiendo en un problema social, cada día observamos como se comenten actos delictivos y atracos a entidades financieras del país, ejecutados por aquellos que no pueden permitirse tales lujos se sienten cegados y cometen errores que luego lamentan.
La percepción de el éxito y la apariencia está dañando nuestra sociedad.
La presión social nos está llevando a endeudarnos para mantener un cierto nivel de vida que, con frecuencia, no podemos sostener.
A nivel individual, la vanidad puede llevar a una falta de autoaceptación y autoestima basada únicamente en la apariencia externa, dejando un vacío interno que las posesiones materiales no pueden llenar.
Seamos auténticos, humildes y felices con lo poco que Dios nos ha brindado. Luchemos por ser más empáticos y fomentar una cultura de valores para avanzar hacia un futuro más humano y prometedor. ¡Reflexionemos y detengamos este mal!.
El Autor es Periodista egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Locutor certificado por (CNEPR), Maestría en Comunicación Estratégica y RR.PP en la UASD.