Por: Rubén Geraldo Bautista 

La juventud es una etapa hermosa, y muchos adultos anhelan regresar a ella, deseando realizar lo que no pudieron en su época dorada. En la juventud, la belleza se manifiesta en cuerpos fuertes y admirables; es una etapa que parece ser la mejor, una que muchos no quieren que termine nunca.

Sin embargo, la vida trae altas y bajas, y la juventud no es la excepción. La mayoría de los jóvenes lidiamos con una lucha interna constante, una realidad de la que no podemos escapar.

Hoy en día, enfrentamos una realidad compleja que va más allá de los desafíos externos. La batalla interna que experimentamos, marcada por la ansiedad, la incertidumbre y la búsqueda de identidad, afecta profundamente nuestra salud mental y emocional.

La presión por cumplir con expectativas sociales y personales es abrumadora. Desde jóvenes, se nos bombardea con ideales de éxito que parecen inalcanzables.

En el ámbito femenino, muchas mujeres sueñan con alcanzar sus metas en un tiempo determinado, como terminar una carrera universitaria, lograr independencia económica, tener hijos y encontrar un esposo comprensivo. Sin embargo, esos sueños a menudo se ven truncados cuando llegan los años en que esperaban haberlos cumplido.

Los hombres enfrentan una lucha similar. Muchos sueñan con formar una familia, tener una buena esposa, un vehículo, una casa y una estabilidad económica que les permita afrontar cualquier situación. No obstante, las cosas rara vez suceden como se imaginan, y la vida tiene su propio ritmo.

La juventud está plagada de frustraciones y batallas internas, como el miedo al fracaso, a no alcanzar las metas propuestas y a no cumplir los sueños del pasado. En esos momentos, es cuando llega la ansiedad por no haber logrado lo que nos propusimos para la fecha.

Aparentemente en el exterior nos vemos muy bien, pero nadie sabe lo que se esconde en el interior de los demás.

Cada etapa de la vida tiene sus tormentos. En nuestra existencia en este mundo, debemos seguir adelante, trabajando por lo que deseamos, con la confianza de que, si está en los planes del creador del universo, llegará en el momento adecuado.

SOBRE EL AUTOR 

El autor es licenciado en Comunicación Social, egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), locutor certificado por la CNEPyR, con una maestría en Comunicación Estratégica y RR. PP en la UASD. Además estudiante de Derecho en la misma casa de altos estudios.