Opinión

Sí el mal comió no piensa, la sociedad no avanza

Por: Rubén Geraldo Bautista

Hace muchos años vengo escuchando ese refrán tan popular «el mal comió no piensa» pero luego de realizar un debate en una clase de Derecho Administrativo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), decidí realizar algunas investigaciones y comparar el desarrollo de algunas naciones, con un enfoque en la nación de Haití.

Para realizar mi análisis me detuve a leer el ensayo del periodista y escritor José Ramón López, titulado «La alimentación y las razas» (1896), quien concluye expresando que “nuestros campesinos comen tan mal y tienen tan debilitado el organismo, que cuando comen algo nutritivo no lo pueden digerir y los enferma».

Para esto también realice una lectura sobre una investigación que indica que la alimentación influye en el pensamiento de las personas. Un buen estado nutricional es muy importante para la salud mental y para el mantenimiento de las conexiones cerebrales a fin de que las neuronas se mantengan sanas, protegidas y en equilibrio, por ese motivo, es importante seguir una dieta saludable.

La maestra universitaria Altagracia Suciel, también afirma que el «mal comió no piensa” y es cierto. Científicamente está comprobado que las deficiencias nutricionales dañan permanentemente el cerebro, y la anemia y el hambre, a corto plazo, limitan el rendimiento escolar y reducen las habilidades cognitivas en los niños.

El pensamiento del «mal comió no piensa» me llego a la mente luego de pensar en la situación de Haití, una nación que lleva varios años pasando por crisis, que tienen ese país sumido en el abandono, situación que me ha llevado a pensar que dichos acontecimientos suceden debido a la baja alimentación entre sus ciudadanos, que, al carecer de una buena alimentación, no generan ideas para sacar su país hacia adelante. Es ahí cuando se aplica la teoría «SI EL MAL COMIÓ NO PIENSA. LA SOCIEDAD NO AVANZA”

En ocasiones pienso que será un plan de los grandes poderes, si los de abajo se alimentan mejor, tendrán mejor nutrición, lo que los llevará a pensar mejor y no dejará que sean manipulados. Pero si mantienen al de abajo oprimido ellos siempre tendrán el control de los poderes.

Librar a las personas del hambre es abrir una puerta a todos sus sentidos.

El autor es licenciado en Comunicación Social, engrasado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Locutor certificado por la CNEPR, con una Maestría en CE y Relaciones Publica en la UASD.

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